La relación entre San Francisco de Asís y la naturaleza, dentro de la vasta y rica cronología de la historia humana, es una de las pocas con una gran pasión y profundidad. Nacido en el luminoso siglo XII en la pintoresca ciudad italiana de Asís, este santo ha dejado un legado que trasciende el tiempo, un legado no solo de espiritualidad, sino de un arraigado amor y reverencia por la tierra, los animales y todos los elementos que constituyen la magnífica sinfonía de nuestro mundo natural.
Aquí, en Ecología Útil, queremos descubrir más acerca de su vida. Pero, sobre todo, del legado que ha dejado en la actualidad gracias a su estrecha relación con la naturaleza.
Índice
Orígenes y juventud: la semilla del amor a la naturaleza
Nacido en Italia en el año 1181 o 1182, hijo de un rico comerciante y de juventud alegre y despreocupada, fue transformando su personalidad para volverse menos apegado a los bienes materiales y más preocupado por los desdichados hasta el punto de llegar a vivir en la extrema pobreza junto a los leprosos.
Los orígenes de San Francisco de Asís se entretejen con la historia de una familia adinerada. Sin embargo, su juventud fue una travesía de búsqueda constante de un propósito superior, más allá de las opulentas posesiones materiales. Tras una experiencia de enfermedad y una visión que remecería los cimientos de su existencia, San Francisco abandonó su vida mundana y se lanzó con fervor a una vida de devoción y servicio.
Este punto de quiebre marcó el inicio de su profundo vínculo con la naturaleza, donde cada elemento del entorno era visto como una manifestación tangible de la creación divina. Fundador de la conocida Orden Franciscana y promotor de una vida austera dedicada a ayudar a los que menos tienen, renegando de los lujos y exhibiciones de riqueza a los que estaba muy acostumbrado. Incluso hay autores que afirman que en la primera etapa de su vida, quien llegara a ser San Francisco era un joven despreocupado y hasta disoluto.
San Francisco de Asís y la naturaleza: su estrecha relación
La relación de San Francisco con la naturaleza no era un mero ejercicio de admiración visual. Según se narra, entablaba diálogos con los animales, considerándolos sus hermanos y hermanas en la trama universal de la vida. Esta creencia intrínseca en la interconexión de toda la creación se revelaba en cada uno de sus actos.
San Francisco encontraba inspiración y una conexión espiritual profunda en los elementos naturales: el canto alegre de los pájaros, el suave murmullo del viento entre los árboles y el reflejo de la divinidad en las aguas cristalinas de los ríos. Esta relación visceral influía en su espiritualidad, instándolo a transmitir su mensaje de respeto y cuidado hacia la naturaleza a lo largo de su vida.
Su aprecio por todas las obras de Dios lo llevó a considerar sus hermanos a todos los seres vivientes del planeta, sean personas, animales o plantas, además de las cosas inanimadas como el agua, el fuego, las rocas, etc. Y este amor hacia toda creación divina quedó plasmado en su bellísimo “Cántico de las Criaturas” donde llega a dirigirse como hermanos y hermanas al sol, la luna y las estrellas.
Jamás mataba un insecto, ni cualquier otro ser vivo. Para cubrir sus necesidades alimenticias y de vestimenta se abastecía con lo estrictamente necesario para dañar lo menos posible el ecosistema. Profesaba que el hombre era parte del medio ambiente y debía integrarse con él en armonía y respeto. No, por el contrario, creerse el dueño de las cosas y modificarlas a su antojo, ya que todo es obra del Señor y deben respetarse como tal.
San Francisco de Asís y la naturaleza: Santo Patrono de la ecología
El legado de San Francisco de Asís en el ámbito de la ecología es innegable. En 1979, el Papa Juan Pablo II lo declaró en Roma el Santo Patrono de la Ecología. Un título que reconoció su contribución a la conciencia ambiental mucho antes de que el término fuera parte de la conversación global. También fue el punto donde se reconocen todas las enseñanzas de San Francisco en torno al cuidado de la creación divina, que no solo incluye al ser humano, sino todo cuanto nos rodea y que debemos respetar nuestro planeta como cualquier otra obra Divina.
La influencia de San Francisco trasciende las barreras de religión y cultura, resonando con aquellos que buscan establecer una conexión más armoniosa con nuestro planeta. Su influencia es palpable en la creciente importancia de la ética ecológica en la sociedad actual, así como en los esfuerzos a nivel mundial para proteger y preservar el frágil equilibrio de nuestro entorno natural.
Legado y enseñanzas para la actualidad
San Francisco de Asís es conocido mundialmente por su dedicación a los pobres, pero poco se conoce sobre sus enseñanzas acerca del cuidado de la ecología. En ese sentido, el legado de San Francisco de Asís y la naturaleza nos reta a replantearnos nuestra relación con ella en un mundo donde la degradación del medio ambiente es una inquietud apremiante.
Sus enseñanzas nos convocan a reconsiderar cómo interactuamos con el entorno natural y a adoptar prácticas más sostenibles. En una era en la que la conciencia ecológica es esencial para la supervivencia del planeta, las lecciones de San Francisco adquieren una importancia renovada.
Curiosidades: detrás de la figura emblemática
Comunicación con los animales
San Francisco es famoso por su capacidad de comunicarse con los animales. Se cuenta que en una ocasión predicó a una congregación de aves que se habían reunido para escucharlo, simbolizando su vínculo único con todas las formas de vida.
Cántico de las Criaturas
Este poema, también conocido como el «Cántico del Hermano Sol», es un hermoso tributo a la naturaleza y la creación. Escrito por San Francisco, este canto celebra la hermandad entre todos los seres vivos y resalta la belleza divina en cada elemento del mundo natural.
Estigmatización y respeto por la naturaleza
Se cree que San Francisco fue uno de los primeros estigmatizados de la historia, llevando en su propio cuerpo las heridas de la crucifixión de Cristo. Esta experiencia profundizó aún más su conexión con la naturaleza, ya que veía las heridas en su cuerpo como un reflejo de las heridas infligidas a la Tierra.
La relación de San Francisco de Asís y la naturaleza trasciende el tiempo como un recordatorio vivo de nuestra conexión intrínseca con nuestro entorno. Su amor profundo y su reverencia por el mundo natural son lecciones atemporales que nos desafían a cuidar y proteger nuestro planeta.
Te invitamos a compartir tus reflexiones y a unirte a la conversación sobre cómo podemos honrar el espíritu de San Francisco en nuestra relación con la ecología. Además, conoce más sobre este patrono con las frases de San Francisco de Asís. ¡Comparte tu perspectiva y únete a este diálogo que trasciende los confines del tiempo y el espacio!