La vida es una trama de relaciones entre muchos actores, y cuando examinamos algunos de ellos, con frecuencia quedamos maravillados. Uno fundamental son las plantas, porque fabrican el oxígeno del que dependemos todos, y el polen, precisamente, tiene un papel estelar en la vida de las plantas.

Polen y néctar, fundamentales en la vida verde

Imagina cómo habrá sido la tierra hace muchísimos millones de años: un planeta mayormente estéril con pocas especies de plantas, que necesitaban estar muy cerca para poder reproducirse y donde principalmente el agua trasladaba los elementos reproductivos entre ellas.  Entonces las flores, órganos reproductores de las plantas, fueron desarrollando estrategias para no tener que limitarse a reproducirse con plantas cercanas.

En algún lejanísimo tiempo una explosión de verde y diversidad comenzó a cubrir la tierra gracias a la sofisticación del néctar y el polen. El polen es un polvo que aparece en la flor, compuesto por minúsculos granos, cada uno de los cuales contiene los elementos masculinos de la planta, que necesitan juntarse en otra flor, de otro ejemplar de la misma especie, con los elementos femeninos, para que se produzca la fecundación que llevará al nacimiento de un nuevo individuo.

Los granos de polen desarrollaron en algunas plantas formas que les ayudaran a viajar en el viento, mientras que en otras se adaptaron para adherirse mejor a los animales que visitaban esas plantas.

Las flores desarrollaron una especie de agua azucarada, el néctar, para atraer animales, sobre todo insectos, para que estos al partir se llevasen adheridas grandes cantidades de polen, de manera que al llegar a otra flor algunos granos terminaran fecundándola, dando como resultado una planta nueva.

Distintas aves, murciélagos, muchos insectos, entre ellos las abejas, tienen un papel importantísimo en este proceso de polinización. Las abejas tienen al néctar y al polen como base de su alimentación, y la mayoría de las frutas, legumbres y verduras dependen de ellas para reproducirse.

Apicultores: aprovechando las abejas, beneficiando ecosistemas

Hoy hay preocupación en el mundo por una disminución de polinizadores que amenaza la calidad de los vegetales, la diversidad biológica y, a la larga, el mantenimiento de toda la vida en nuestro planeta, que se caracteriza por la interdependencia entre especies.

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Esto sucede por contaminación, destrucción de hábitats naturales de las abejas, uso de pesticidas que eliminan todos los insectos, enfermedades que las aquejan, etcétera.

Además del trabajo de científicos y ecologistas para erradicar el uso masivo de pesticidas industriales, los apicultores, esas personas que trabajan con abejas y nos acercan los beneficios de la miel y de otros productos de sus colmenas, cobran en este momento la mayor importancia, ya que ayudan a que se traten las enfermedades que las aquejan (parásitos, por ejemplo) y se preserven sus hábitats.

Cada vez más fincas agrícolas, afectadas por la disminución de polinizadores, contratan apicultores para que en cietas épocas del año trasladen colmenas a sus cultivos, obteniendo así frutas y vegetales de mejor calidad.

¡Podemos ayudar!

La mejor vía para proteger abejas, polen, biodiversidad y toda la vida terrestre es movernos hacia una agricultura ecoamigable. Nosotros podemos colaborar, demandando, consumiendo y prefiriendo productos orgánicos y procesados ecológicamente. Tú también puedes dar un paso ahora mismo, compartiendo esta información con tus amigos y ayudando a crear conciencia ecológica.