Hay animales que habitan en nuestras selvas y en las regiones recónditas de las espesuras que se encuentran rodeados de ciertos halos misteriosos, envueltos en el misterio y rodeados de leyendas que explican o tratan de hacerlo, cómo y porqué se mueven entre nosotros.

A todos nos suena la leyenda del yeti, o del Monstruo del Lago Ness, pero son muchos más los animales que están presentes en mitos y leyendas más o menos populares e incluso formando parte de creencias religiosas.

En este sentido, la leyenda del “Oso Espíritu” forma parte de la tradición religiosa de los pueblos de los Tsimhian, o también conocidos como la “gente del Río Skeena”, ya que este conjunto de comunidades amerindias ocupaban originalmente los alrededores de dicho río, en la Columbia Británica, llegando incluso hasta Alaska.

Una especie bastante particular

A estos “Osos Espíritu”, se los ha denominado Osos Kermode, y cuentan con una característica que tal vez justifique en parte su inclusión en las leyendas locales, y que hacen de él uno de los osos más raros en todo el mundo: algunos ejemplares son blancos. Esto podría no ser demasiado llamativo, teniendo en cuenta la existencia del albinismo, sin embargo, el llamado por los nativos Moksgm’ol (oso blanco en el lenguaje de los Tsimhiam), no sólo puede tener este color: se han detectado ejemplares grises de tonalidad azulada, o amarillos intensos, así como dorados, castaños rojizo e incluso anaranjados, como pelirrojos”. También se han visto ejemplares blancos con manchas pardas.

Lo más sorprendente del caso es que la biología actual desconoce la causa de esta variación de coloración, por lo que estos osos están considerados únicos en el mundo.

Además de su peculiaridad física, estos “Oso Espíritu” ostentan algunos rasgos de comportamiento que los hacen especiales: son capaces de erguirse sobre las dos patas traseras, se los ha oído roncar cuando están durmiendo, y cuando se sientan, pueden hacerlo erguidos. Tienen también una gran facilidad de adaptación y su gran inteligencia les hace aprender rápido. Presentan también, como dato importante, variaciones del estado anímico, como los humanos.

Y aunque su apariencia puede ser amistosa e incluso juguetona, no por ello dejan de reaccionar como cualquier otra especie de oso: rápida e impredeciblemente, y por tanto, son de temer. Además, aunque parecen torpes de movimientos, son muy veloces, llegando a los 50 Km/h en distancias cortas. También son excelentes nadadores, como atestiguan los pescadores de la zona.

Una especie protegida desde hace siglos

Y gracias a que forma parte indeleble del origen de los mitos Tsimhiam, el “Oso Espíritu” ha prevalecido en nuestros días, ya que a finales del siglo XVIII los nativos lucharon de manera sangrienta contra los cazadores furtivos que los estaban esquilmando, expulsándolos de su territorio y protegiéndolos hasta hoy día.

Y es que para ellos representan a los guardianes de la paz de los bosques, aparecidos en la Tierra tras la creación de la misma y la erradicación de los hielos y el frío por la Mano de Raven (el Creador), que dejó como recordatorio la sentencia de que uno de cada diez osos naciera blanco, con la misión de salvaguardar la paz de los bosques.

Algo que hasta ahora parecen haber logrado. Esperemos que no cambie.