Playas paradisíacas de aguas cristalinas. Un lugar de paz y tranquilidad en un entorno natural de increíble belleza. Esto es lo que los turistas suelen pensar del Caribe cuando escogen esta región como su próximo destino turístico. De lo que rara vez se percatan es de que el Caribe está formado por algunos de los países más contaminantes del mundo en residuos plásticos derivados del petróleo: entre las 30 naciones más contaminantes, diez son caribeñas.

Según datos recogidos por el Banco Mundial, casi medio millón de toneladas de residuos plásticos no son recogidos y procesados de manera adecuada en el Caribe, de tal forma que terminan en el mar o en vías fluviales y terrestres causando un importante impacto medioambiental. Trinidad y Tobago se encuentra en la cima del ranking de naciones contaminantes con cifras que rondan los 1,5 kg de deshechos plásticos por persona y día, posicionándose como la tasa más elevada del mundo. No es la única, muy de cerca le siguen países como Santa Lucía, Antigua y Barbuda, Granada, San Cristóbal y Nieves, Anguila o Aruba, entre otros.

El Caribe dice basta al plástico de un solo uso 1 2

La situación es tan crítica que siete países del Caribe han llegado a un acuerdo para prohibir a partir del próximo 1 de enero el uso e importación de plásticos de un solo uso y poliestireno expandido, habituales en los envases de la industria alimentaria. Con esta medida, las siete naciones firmantes del acuerdo (Belice, Jamaica, Barbados, Granada, Dominica, Bahamas y Trinidad y Tobago) esperan reducir de forma drástica el consumo de plásticos y evitar la contaminación, especialmente marina, que generan este tipo de deshechos. En este sentido, cabe señalar que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente cifró en cuatro millones el volumen de residuos plásticos que fueron recogidos en zonas costeras del Caribe entre 2006 y 2012.

Además de la degradación de valiosos ecosistemas naturales únicos en el planeta, que traen consigo riesgos sanitarios y en materia alimentaria para los habitantes de estas naciones, la elevada contaminación de la región también pone en jaque la principal actividad de los países que la componen: el turismo. El Gobierno de Bahamas, por ejemplo, estima que, de seguir al ritmo actual de contaminación, las pérdidas para el sector del turismo podrían elevarse hasta los diez millones de dólares de forma anual. Si bien no parece una cifra muy elevada, lo cierto es que su impacto en estos pequeños países, en los que la mayoría de su población está vinculada de un modo u otro con el turismo, sería devastador. En este sentido, Bahamas no solo es escogido como un destino vacacional de sol y playa, sino que también es el telón de fondo de algunos eventos de carácter internacional, por lo que los altos niveles de contaminación pueden provocar que estos decidan trasladarse a otras partes del mundo. Este es el caso del torneo de póker PSPC de PokerStars que, tras varios años celebrándose en Bahamas, en 2020 pondrá rumbo a la ciudad de Barcelona.

No obstante, las restricciones en Bahamas con respecto al empleo de plásticos de un solo uso se darán de forma paulatina. De esta forma, el Ministerio de Medioambiente informó de que se abrirá un período de seis meses de transición, para que tanto empresas como particulares reduzcan el consumo de estos materiales. Superada esa fecha, las autoridades bahameñas impondrán multas económicas a aquellos que persistan en su uso.

Jamaica, otro de los países más representativos de la región, también ha informado de que tomará medidas sancionadoras a partir del próximo año. Según el ministro jamaicano Daryl Vaz, estas restricciones son del todo “necesarias” en un país que genera una elevada cantidad de residuos plásticos que no son tratados ni reciclados.

El compromiso de estos siete países se une a otras medidas similares tomadas por diferentes países del mundo que buscan poner fin a la contaminación por materiales plásticos. Así, Costa Rica viene de aprobar una ley que prohíbe el uso de pajitas de un solo uso y la entrega de bolsas de plástico en los establecimientos comerciales. En México, por su parte, la CDMX también prohibirá a partir de 2020 estas bolsas de uso comercial, así como los envases, cubiertos y platos fabricados en plástico de un solo uso.