Cuando los conquistadores españoles colonizaron Bonaire, en el mar Caribe, a finales del siglo XV, quizá dejaron escapar algunas blasfemias castizas, molestos por los fuertes vientos que soplan sobre buena parte de las costas de la isla. Quinientos años después, esas vigorosas corrientes de aire han sido la salvación energética de la zona. No podría ser de otra manera, ya que Bonaire suena a «buen aire», te explicamos por qué.

No hay mal que por bien no venga

Un día de 2004, los cerca de diez mil nativos de la isla de Bonaire en edad de trabajar estaban afanados en sus labores todo lo que lo permitía su relajado temperamento caribeño, atendiendo a los turistas y sacando del mar sus redes de pesca, cuando se desató un incendio en la central diésel que generaba la energía eléctrica consumida en la isla.

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La central quedó totalmente destruida y nos imaginamos que Bonaire subsistió con generadores portátiles y un fuerte programa de racionamiento eléctrico, mientras se planificaban y ejecutaban las nuevas inversiones de generación energética.

Lo que para muchos fue una catástrofe, para algunos visionarios fue una oportunidad.

Dada la baja población de la isla y su pequeña extensión (solo tiene 282 kilómetros cuadrados) podía plantearse una solución creativa para la generación de energía y, precisamente, se optó por la eólica.

Los aerogeneradores bonaerenses

La generación eólica mostraba evidentes ventajas. El aire era autóctono, abundante y gratis, mientras que el diésel era importado y costoso. La planta diésel emitía desagradables y contaminantes emisiones, mientras que se sabía que los aerogeneradores no iban a hacerlo.

Ya en Bonaire se han instalado suficientes aerogeneradores para cubrir más del 90% de las necesidades eléctricas de la isla, con vientos fuertes.

Aunque claro que ese es uno de los problemas de los enormes ventiladores que sustentan la generación de energía eólica: rotan más rápido, produciendo más energía mecánica, cuando el viento es más fuerte. Por eso debe haber una fuente de generación alternativa para las horas de viento suave o de calma.

Las olas de Bonaire

La energía olamotriz o undimotriz, así se llama a la generada por el oleaje, ya es una opción en uso en varios sitios del planeta. Tiene una ventaja sobre la energía eólica: el comportamiento de las olas del mar es más constante y predecible que el del viento.

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Isla de Bonaire

 

Bonaire también cuenta con un buen oleaje. Posiblemente Eolo, dios del viento y Neptuno, dios del mar, se confabulen para que esta bella isla sea totalmente autosuficiente en energía limpia en los próximo tiempos.

Sabes que lo más importante es que estos formatos para la generación de energía son absolutamente amigables con el medio ambiente, ¿no? ¿En tu país hay algo así? Comparte este artículo entre tus amigos, y así puedan tener una interesante conversación al respecto.

imágenes : Leonardo, Paul Beelen.