Además de todo el desastre moral por las pérdidas humanas y la devastación económica tras un desastre natural, ¿sabes cómo afectan emocionalmente los golpes de la naturaleza?
La afectación emocional en cada damnificado
Las principales causas que dan origen a los cambios en la naturaleza son los desastres naturales por acción de las placas tectónicas así como los cambios en el clima; añadiéndole a esto las actividades antinaturales que provoca el hombre en su llamado “desarrollo”; que de forma individual y como sociedad hemos traído a nuestro planeta.
De esta manera es importante saber que es lo que provocamos nosotros y que es lo que provoca la naturaleza. Aunque en muchas ocasiones el homo sapiens piensa ser el amo de la naturaleza cuando suceden acontecimientos catastróficos; no solo repercute en perdidas materiales y humanas sino también en impacto emocional; donde la persona puede que no tenga la fortaleza para recuperar su antigua vida.
Los desastres naturales pueden ser por la naturaleza misma o por el mal uso del planeta causado por el propio ser humano. Diversos factores pueden ocasionar el descontrol de la tierra y muchas de las consecuencias que vivimos son por acciones netamente antrópicas.
Los cambios en la naturaleza y el trastorno emocional
Podemos decir que cuando ocurre una catástrofe en la naturaleza su impacto emocional y traumático es inevitable. Es notable el caos en las ciudades cuando aparece un sismo, un huracán, o un tsunami. El aire casi irrespirable de las enormes ciudades, el ruido y la velocidad en que se desenvuelve la vida, irrita, provoca serios trastornos internos de apatía y en resumen infelicidad.
Los desastres “naturales” ocurren cuando las sociedades o las comunidades se ven sometidas a acontecimientos potencialmente peligrosos, como niveles extremos de precipitaciones, temperatura, vientos o movimientos y cuando las personas no pueden soportar la conmoción o recuperarse después del suceso. Lo más curioso del tema es que muchos de los desastres pueden ser evitados con una buena planificación de riesgo y como siempre suele suceder el impacto es mayor donde más pobreza existe.
Las lluvias torrenciales y el incremento del cauce de los ríos que se desbordan sobre las viviendas, suele ocurrir sobre todo a la gente de escasos recursos, que por una razón u otra se instalan en las laderas de montes o adquieren terrenos baratos donde no se ha investigado el historial del lugar.
Esto tiene su impacto emocional en las familias, así como resentimientos, angustia, miedo a perder todo y sentirse desprotegidos y abandonados.
Cuando uno ve su ciudad reducida a escombros por un terremoto o en una inundación lo pierde todo o más directas con los cambios relacionados con el hombre, ve como la zona arbolada de su infancia la reducen a un solar para edificar; o como se destruye una zona del litoral para la creación de un hotel o siente el olor fétido de una playa que ha sufrido un vertido de petroleo…obviamente la repercusión psicológica es inevitable.
¿Realmente el camino que hemos elegido nos dirige hacia una vida más felíz y cómoda?… usted mismo tiene la clave. Comenta con nosotros esté artículo con tu opinión.