Cuando hablamos de riesgos para la salud de los alimentos procesados, solemos pensar únicamente en la composición y en las sustancias químicas que entran a formar parte de la elaboración y fabricación de estos productos, pero obviamos una parte tal vez más importante: el soporte o envase que “protege” al alimento y con el cual se pone a disposición del consumidor. Mantente informado y mejora tu salud, por eso sigue leyendo…

Riesgos para la salud del envasado de los alimentos

Y es que se está recopilando cada vez un mayor cuerpo de evidencias científicas que demuestran que no solo los añadidos artificiales que se agregan en nuestros alimentos nos perjudican, sino que aquellos soportes usados para conservarlos y ponerlos a disposición del consumidor también nos pueden contaminar.

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Ya se ha hecho notar que se han encontrado gran cantidad de productos químicos en muchos de los materiales usados para envolver o envasar los alimentos, y que al estar en contacto directo con los mismos, se difunden a ellos, ocasionando una contaminación que hasta no hace demasiado tiempo no había sido tenido en cuenta.

Y es que tanto el material de las latas, como el cartón de los envases e, incluso, el vidrio, pueden liberar pequeñas cantidades de productos químicos, algo que se puede incrementar cuando las temperaturas aumentan (como puede fácilmente suceder en las naves industriales de almacenamiento), o cuando el tiempo en que dichos alimentos envasados deben ser consumidos sobrepasa la fecha aconsejable, lo que no es inusual en nuestros hogares.

La lista de productos químicos que pueden difundirse a los alimentos y producir contaminación de los mismos, y la consiguiente toxicidad para quienes los consumimos, es cada vez mayor, alcanzando cerca de los 4000 (al menos los que por el momento se van conociendo), aunque seguramente esta lista irá aumentando con el paso del tiempo y la investigación.

Estos productos químicos, ¿son regulados?

Además, no todos estos productos artificiales son regulados, lo que significa que los consumidores estamos expuestos de manera habitual a contaminantes químicos, que si bien se encuentran en bajos niveles, su acumulación progresiva por el continuo consumo, puede terminar produciendo enfermedades del tipo de alteraciones endocrinas. De hecho, ya se han encontrado sustancias cuya acción más evidente es una disrupción endocrina que produce alteraciones en la fertilidad o incrementos de algunos cánceres, así como aumento de la incidencia de endometriosis, por poner algunos ejemplos.

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Uno de los más llamativos, y que se halla ampliamente difundido en las botellas de plástico, es el formaldehído, que es un carcinógeno reconocido que, además, por si no usamos envases de plástico, también puede contaminarnos desde su migración de la melanina presente en las asas de nuestras ollas e implementos de cocina, por ejemplo.

Como vemos, por más que pretendan vendernos la seguridad de los envasados de los alimentos, no es así en absoluto, y lamentablemente es otro elemento más que hemos de tener en cuenta a la hora de preservar nuestra salud, algo que se está convirtiendo casi en una guerra sin cuartel.

Hay mucha más información al respecto, por eso, si quieres hacer llegar estos datos de tanta relevancia a tus conocidos, no dejes de compartir esta noticia.