Si bien no es mucho lo que se conoce de esta vitamina, cada vez más se la está “descubriendo”  como uno de los factores más importantes para un mantenimiento óptimo de la salud de nuestro cuerpo. Conoce aquí todos los beneficios de esta vitamina.

¿Qué es lo que hace la vitamina K por nosotros?

Es claro y conocido médicamente desde hace muchos años, que esta vitamina participa de una forma activa en los procesos de coagulación sanguínea, algo que todas las variantes de la misma, tanto la K1, como la K2, hacen casi indistintamente, y que está relacionado con la presencia en ambas de una estructura bioquímica que le da dicha funcionalidad.

Al estar relacionada con los procesos de coagulación, tradicionalmente se ha tenido cierta precaución en la ingesta de dicha vitamina, por el temor a la producción de focos trombóticos, sin embargo, según el Dr. Schurgers, esto no es así, y no existe riesgo de coagulación excesiva por la toma de mucha vitamina K, aunque hay que tener una precaución obvia si tomamos fármacos anticoagulantes orales.

¿Algo nuevo sobre el horizonte?

Sin embargo, hasta hace poco, no eran muchos más los beneficios que se le atribuían. Hasta hace poco.

Hoy se sabe que dicha vitamina es necesaria para la funcionalidad de algunas proteínas presentes en los huesos y en el sistema vascular, y sin la cual, dichas proteínas no pueden realizar su función. Por ejemplo, la proteína de sistema vascular que es “facilitada” por la vitamina K, la proteína Gla de la Matriz o PGM, es vital para evitar el depósito de calcio en las arterias, ya que es un inhibidor poderos de la calcificación. Sin ella, el calcio puede terminar depositándose en nuestro sistema vascular, por eso, de la vitamina K depende en gran manera nuestra salud cardiovascular.

Asimismo, dicha proteína evita un fenómeno temible por sus consecuencias: las microcalcificaciones, cuya intervención en la cascada de la formación de la arterioesclerosis, está probada.

¿En qué alimentos encontramos vitamina K?

Hay diferencias en cuanto a ambos subtipos de vitamina K: así como la K1 está en elevada cantidad en los vegetales como las espinacas, el brócoli y otros de hoja verde, su absorción es extremadamente baja. Sin embargo, la K2, cuya presencia sólo está en los alimentos fermentados (la producen las bacterias en el proceso de fermentación), y su cuantía total es menor que la que existe de su variante 1 en los vegetales, el grado de absorción de la K2 es casi total.

Y la buena noticia final, es que se ha demostrado que la vitamina K2 es vital para la salud cardiovascular: su consumo se asocia a una reducción del riesgo de afecciones cardiovasculares, con una probabilidad inferior de morir por dichas causas. Y estos beneficios están vinculados sólo a las acciones de la vitamina K2, no a la K1.

Así pues,  aunque es algo que ya se está popularizando un tanto, ahora podemos comprender mejor la importancia del consumo de alimentos fermentados.

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