Es innegable que la IA está presente en cada uno de los aspectos de nuestra vida. Ya existen algoritmos como AI detector free, que determinan si un texto fue hecho por máquinas, y Parahraser, que parafrasean tus textos en segundos, al igual que herramientas como ChatGPT, que te dan mucha información en solo un parpadeo.
Seguro que las has usado más de una vez, pero ¿te has detenido a pensar en los impactos ambientales de la IA? Porque los hay, algunos son buenos y otros bastante negativos.
Si quieres saber más, lee este artículo donde te contamos los impactos ambientales de la IA que te harán replantearte si esta tecnología es tan buena como todos dicen. Sigue bajando el cursor.
Algunos impactos ambientales de la IA negativos para el planeta
Consumo de energía muy elevado
Si bien la inteligencia artificial hace nuestras vidas más fáciles, consume mucha energía, lo que es algo bastante perjudicial para el planeta; por ejemplo, el entrenamiento de Modelos de Lenguaje Grandes (LLM) conlleva grandes cantidades de electricidad.
Y, como ese, hay otros ejemplos:
- Entrenamiento: las variantes de inteligencia artificial como ChatGPT pueden consumir hasta 1287 MWh, emitiendo 552 toneladas de Co2. Eso equivale al uso anual de electricidad de 126 hogares en algunos países del mundo o a la emisión de 5 automóviles durante 15 años.
- Uso diario: una pregunta a ChatGPT o a DeepSeek consume 10 veces más electricidad que una búsqueda en Google; de hecho, a nivel global, se estima que el consumo anual es de 226,82 millones de kWh, lo que equivale a la energía requerida por 37.800 vehículos eléctricos para circular por 15 años.
- Centros de datos: las instalaciones de este tipo albergan millones de servidores que consumen cantidades de energía inimaginables. Solo para que tengas una idea, en la actualidad, representan el 1 % del consumo energético global y el 2 % de las emisiones de Co2, y se estima que consuman más en los próximos años.
Uso masivo de agua
Además de energía, los centros de datos consumen mucha agua para enfriar los millones de servidores que procesan la información. Estas son algunas cifras estimadas que reflejan el uso desmedido de este recurso:
- Un centro de datos usa, en promedio, entre 1,7 y 2,2 millones de litros de agua al día.
- Una conversación con ChatGPT puede consumir medio litro de agua y se generan millones de interacciones como esta a diario.
- El consumo anual de agua de la IA podría alcanzar los 6600 millones de metros cúbicos en los próximos años.
- La descarga de agua caliente generada por los servidores puede dañar los ecosistemas acuáticos, que ya son muy frágiles de por sí.
- Las grandes empresas como Google y Microsoft consumen entre 14 y 23 millones de metros cúbicos de agua en sus centros de datos al año.
Alta generación de desechos electrónicos
Otro de los impactos ambientales de la IA es la generación de residuos electrónicos. Y es que no es un secreto que esta tecnología avanza a pasos agigantados, lo que se traduce en un mayor consumo de recursos de todos los tipos; por ejemplo:
- La inteligencia artificial generativa podría generar hasta 5 millones de residuos electrónicos en los próximos 5 años.
- Solo el 22 % de los desechos electrónicos a nivel mundial es reciclado, el resto termina en vertederos, lo que aumenta el número de residuos contaminantes.
- Los chips de IA tienen una vida útil de solo 3 a 5 años y, como reciclarlos es costoso, terminan en vertederos o son incinerados, liberando una gran cantidad de gases tóxicos.
Extracción de recursos críticos
Para fabricar el hardware que usa la IA, se deben extraer minerales críticos y elementos de tierras raras, lo que es muy dañino para los ecosistemas. Estos materiales se utilizan en microchips y en procesadores, y algunos de los más comunes son el disprosio, el terbio, el itrio y el neodimio.
A eso súmale que la minería y la purificación de esos materiales es compleja y, en la mayoría de los casos, insostenible, lo que causa la destrucción de hábitats y la contaminación a nivel global; además, en áreas mineras, los derechos de los trabajadores son muy vulnerados, algo que agrava este problema todavía más.
Algunos impactos ambientales de la IA que sí son beneficiosos
Optimización de recursos y eficiencia energética
Si bien los impactos ambientales de la IA son considerables, no todo es malo. Y es que esta tecnología es capaz de analizar millones de datos en segundos para optimizar el uso de recursos en áreas como agricultura y energía.
En el caso de la agricultura, se logra una reducción del consumo de agua, de pesticidas y de fertilizantes, y se pueden diseñar sistemas para aprovechar los recursos humanos y materiales de forma más rentable y efectiva.
Y si hablamos de la industria energética, se pueden diseñar redes eléctricas inteligentes para optimizar la distribución de la energía, algo que reduce las pérdidas y mejora la eficiencia del servicio.
Impulso del uso de energías renovables
Gracias a la inteligencia artificial, se puede predecir la producción de energía de las redes de paneles solares y eólicas con gran precisión, lo que permite diseñar sistemas adaptados a las necesidades de cada zona.
Incluso, se puede optimizar el diseño de los sistemas renovables, como el número de concentradores parabólicos en plantas solares, para garantizar la máxima efectividad y el mejor rendimiento posible.
Preservación del ambiente
Otro de los impactos ambientales de la IA es que puede fortalecer la conservación del medio gracias a estrategias como:
- Monitoreo climático: la IA es capaz de procesar datos para evaluar la desforestación, el deshielo y la calidad del aire, así como de mejorar la precisión de modelos climáticos y de predecir fenómenos extremos.
- Protección de la vida silvestre: los dispositivos con IA son capaces de identificar especies y de detectar patrones de comportamiento para resguardar los hábitats de muchas especies animales.
- Gestión de desechos: los sistemas impulsados con IA pueden clasificar residuos con un 95 % de precisión y optimizar rutas de recolección de desechos para disminuir la emisión de Co2.
Como te diste cuenta, los impactos ambientales de la IA son negativos, pero positivos también. La clave está en encontrar un equilibrio entre innovación y responsabilidad con el planeta, pues no se puede negar que las nuevas tecnologías son capaces de mejorar nuestra calidad de vida de muchas maneras.