Si pudiéramos crear una ciudad con el sistema de transporte rápido de Bogotá, la generación de energía verde de Múnich, la gestión de manejo de residuos de San Francisco y el control de emisiones de Tokio, tendríamos un espacio urbano cerca del ideal ambientalista.

Nótese que nos referimos a atributos de territorios situados en Sudamérica,  Norteamérica, España y Asia, lo que demuestra que los esfuerzos por un mejor ambiente ya son de alcance global.

El sistema de transporte rápido de Santa Fe de Bogotá

Transmilenio es un sistema de transporte rápido administrado por la alcaldía de Bogotá, que integra distintas modalidades y cubre, actualmente, cerca del 70% de las necesidades de los usuarios.

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Dispone de vías peatonales y para ciclistas, así como de rutas rápidas para autobuses, utilizando vehículos a diésel, híbridos y eléctricos, con un programa de reemplazo progresivo de la flota que opera con diésel.

El sistema implementado en esta ciudad colombiana está planeado para crecer hasta cubrir cerca del 100% de las necesidades de transporte urbano. La página web de Transmilenio informa oportunamente sobre el funcionamiento del sistema.

El plan verde de Múnich

La ciudad bávara de Múnich, Alemania, cuenta con cerca de un millón y medio de habitantes.

El Plan Estratégico de Munich prevé que para el año 2025 la ciudad se autoabastecerá de energía proveniente de fuentes renovables y amigables con el ambiente. El plan contempla proyectos en los campos de la hidroelectricidad, geotermia (aprovechamiento del calor de la Tierra), energía solar, energía eólica y biomasa.

El manejo de desechos de San Francisco

El plan en esta ciudad norteamericana de herencia hispana es minimizar el volumen de basura transportada a los vertederos. ¿Cómo? Mediante un programa de reutilización, reciclaje y fabricación de compost.

En 1990 dos de cada tres toneladas de desechos terminaban en el vertedero. En cambio, en la actualidad solo va a los vertederos el 20% de los desechos recolectados. El eslogan de este plan es «Cero Residuos al Vertedero».

La creatividad de Tokio para reducir las emisiones

Tokio es una de las ciudades económicamente más activas del mundo, en comercio e industria, de donde deriva su formidable sustentabilidad económica.

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Pero esta intrincada red de comercios e industrias representa un problema ambiental por la alta cantidad de emisiones de gases por kilómetro cuadrado de espacio urbano.

En 2010, Tokio puso en marcha un plan de reducción de la contaminación, que contempla el comercio de emisiones entre los agentes económicos de la ciudad, tal como existe ya a niveles nacionales.

¿Te gustaría vivir en alguna de estas ciudades? O mejor… ¿en una ciudad que incluya todas estas propuestas? Incorpórate o colabora con una Organización No Gubernamental dedicada a las lucha por un mejor medio ambiente y encuentra tu manera de ayudar.