Recientemente se han venido emitiendo ciertos informes provenientes de voces expertas, que han especulado acerca de las posibles consecuencias negativas de un abaratamiento en los precios del crudo. Entérate aquí cómo esto impacta en tu día a día.
Pero ¿el petróleo puede ser barato?
Aunque parezca paradójico, según han dicho los expertos, un precio menor en el barril de crudo no sería una buena noticia para el planeta, sino una bastante mala. Por lo que dicen, esto repercutiría negativamente en el fomento que se está intentando hacer, con cada vez mayor urgencia y presión, del uso de las energías renovables.
Algo que en parte es lógico, si se tiene en cuenta que una de las razones no solo es la limitación de existencias, sino el precio que éstas y otras limitaciones se imponen al petróleo y al gas natural.
Si esto de alguna manera se detuviese, y los precios tomasen un camino de vuelta y se tornasen ambos combustibles fósiles mucho más asequibles de lo que actualmente son, supondría un mazazo a uno de los argumentos que más fuerza ha tenido tradicionalmente en la experimentación, búsqueda y uso de energías alternativas, y especialmente de las energías renovables.
¿Cómo afectaría a los movimientos ecológicos?
Suponen los expertos que si los precios del crudo descendiesen a niveles competitivos, el futuro de las energías renovables que ahora despuntan (la “revolución verde” protagonizada por la energía eólica, la solar y la hidroeléctrica) podría verse seriamente comprometido.
Algo parecido está sucediendo con el carbón, cuyo costo barato está convirtiéndose en un serio obstáculo para el desarrollo de otras alternativas más limpias y sostenibles.
Todo ello hace temer a los expertos que pudieran desencadenarse consecuencias negativas para las inversiones en dichas energías renovables.
De momento todo se mueve en el terreno de la especulación, pero se teme que si la situación se prolonga en el tiempo, ésta será una de las consecuencias, ya que lo contrario ha producido precisamente el fomento de dichas energías limpias como una opción asequible.
Además, hay que luchar contra un prejuicio popular que entiende que al bajar los precios del petróleo, esto redunda en una electricidad más barata, lo que en contraposición, encarece los precios de las energías eólica y solar.
Por otro lado, se especula que el abaratamiento de los combustibles fósiles promoverían la redacción de leyes que incentivasen y subvencionasen la creación de energías a partir de fuentes renovables y no contaminantes, pero los expertos tienen dudas acerca de esta posibilidad.
Otro de los serios obstáculos a una implantación y desarrollo más penetrante de las energías renovables se encuentra en el carbón, combustible fósil cuyo costo es enormemente barato en proporción, tanto que incluso hace asumibles las multas por emisión de dióxido de carbono por encima de los niveles permitidos.
Con este panorama, si bien siempre es deseable que el costo del combustible que usamos para prácticamente todo sea más asequible, como vemos, las posibles consecuencias no son nada halagüeñas. Comparte esta información, tal vez consigamos que la conciencia colectiva cada vez sea más sensible a la imperativa necesidad del uso de energías renovables.