Es maravilloso conocer que existen culturas que tienen una profunda valoración por la naturaleza. ¿Sabes cuál es la cultura que más venera la naturaleza? Aquí te presentamos cómo los asiáticos veneran al medio ambiente y lo convierten en el eje de su vida; al mismo tiempo compartimos cómo podemos hacer nosotros para enriquecernos con esta interesante visión del entorno que nos rodea.
Las culturas orientales rinden honor a la naturaleza
Algunas culturas orientales practican una serie de rituales en honor a la naturaleza. En Japón, China y algunos otros países de Asia, sienten un gran respeto por la vida en todas sus formas. De allí que algunas corrientes filosóficas no subestimen nada y no eliminen ninguna especie animal o vegetal. Muy al contrario de la filosofía occidental, que observa la naturaleza desde el beneficio, la utilidad o la desventaja que ésta pueda proporcionar a la humanidad.
En estas regiones de Asia, la naturaleza es un Dios creador. No solo consideran las formas vegetales, si no el conjunto que lo conforman como un gran cuerpo humano que necesita sus extremidades: el cuerpo, la cabeza y la sangre, por ejemplo. Los orientales honran también a las plantas, las flores, los árboles, las rocas y el fluido del agua. No en vano los chinos utilizan la frase: “El Chi cabalga por el viento y se detiene en los límites del agua”.
Te invitamos a conocer el Shintoísmo
Shinto significa «Vía de los Kami». La veneración por los kami, divinidades o espíritus poderosos, está en la esencia misma del Shinto. Este el nombre de la religión original, nativa del Japón e incluye la adoración de los espíritus de la naturaleza. Algunos kami son locales y son conocidos como espíritus o genios de un lugar en particular, pero otros representan objetos naturales mayores como el Sol.
En Japón, el número de practicantes de esta religión representa el 84% de la población. Quienes la practican, contemplan la naturaleza desde una recreación de la vida. Su origen se establece anterior al periodo Kofun (250 -538), donde el jardinero o el creador de jardines tenía la misma consideración que un arquitecto en nuestros días. De allí que para crear un jardín se necesite no solo amor por la naturaleza, sino respeto, dedicación y búsqueda de la perfección dentro de ese arte.
Otras filosofías como el Taoísmo ven en la naturaleza el orden y equilibrio cósmico como patrón a seguir, en el cual las energías llamadas Yin son nutrientes y protectoras, mientras que las Yang son aquellas de la naturaleza donde se impulsa la vida.
Qué inspirador resulta esta forma tan hermosa de visualizar el entorno. Sin duda alguna, si todo el mundo pudiera proceder con amor, respeto, dedicación y búsqueda de la perfección al interactuar con la naturaleza, este planeta sería un mundo mejor. ¿Qué opinas?