¡Por favor, no te alarmes! No nos estamos refiriendo al significado que se da en algunos países a la palabra calentarse, como sinónimo de enfadarse.

Queremos hablarte de la calefacción y también del aire acondicionado. Si aún no lo sabes, es importante que conozcas todo lo que puedes hacer por el ambiente con el uso correcto de esos equipos.

El comportamiento ecológico comienza en la selección

La actitud ambientalista empieza con la selección del aparato.

Dentro de tus posibilidades económicas, inclínate por adquirir los equipos más eficientes en el uso de la energía; tu factura eléctrica y el medio ambiente quedaran agradecidos.

Existe una nomenclatura internacional que clasifica los electrodomésticos según su eficiencia energética, utilizando las primeras siete letras del abecedario. Los equipos “A” son los más eficientes, aunque también los más caros.

Esta selección es particularmente importante cuando se trata de calefactores o acondicionadores de aire, ya que estos sistemas son, de lejos, los más voraces en el consumo de energía eléctrica.

Centraliza sólo cuando sea necesario

Los sistemas centrales de calefacción y aire acondicionado son más convenientes, a condición de que estén en funcionamiento continuamente.

Si tu necesidad de calentar o enfriar un espacio es de algunas horas al día, ahorra energía instalando un aparato individual.

Cuidados ambientalistas en la instalación, operación y mantenimiento

Instala tu sistema de aire acondicionado brindándole la mejor protección posible de los rayos solares. Para las tuberías de todos los equipos, es indispensable la utilización de materiales protectores y su reemplazo cuando estén dañados.

Con nuestras prácticas cotidianas, contribuimos a enfriar espacios que deseamos calientes o viceversa. Mantén aislados tus ambientes con el buen uso de puertas, ventanas y demás elementos de apertura y cierre.

Los especialistas en climatización suelen emplear la frase “temperatura de confort” para referirse a aquella temperatura con la que una persona se siente más cómoda. El problema es que cada miembro de su familia puede tener una distinta.

Si vives solo, no tendrás problemas en seleccionar la temperatura de confort. Si se trata de un grupo familiar, establece la temperatura que deje a todos más o menos satisfechos. Los sistemas de calefacción y aire acondicionado operan óptimamente cuando se están quietos y no andan saltando de una selección a otra.

La limpieza frecuente de los filtros es vital para el buen funcionamiento.

¡Convierta su frío y su calor en aliados ambientales!