Se avecinan tiempos de encarecimiento de la energía: la inestabilidad global, la incertidumbre, los desajustes en las cadenas de suministros internacionales… Por ello, ahora más que nunca, es importante promover el ahorro energético: por el planeta y por tu bolsillo. Pero, ¿es posible conseguirlo sin desembolsar previamente dinero? Sí, y aquí te lo contamos.
7 consejos para ahorrar energía sin gastar dinero
A menudo, el ahorro energético va ligado a un desembolso económico adicional, aunque ese gasto sea solo al principio y más adelante se amortice la inversión. Es el caso de la compra de nuevos electrodomésticos más eficientes, reformas en el hogar para mejorar el aislamiento, etc. Pero en estas líneas nos centramos en esos pequeños gestos que contribuirán al ahorro sin que tengas que desembolsar ni un solo euro previamente.
1. Consumir menos energía
El primer consejo es básico: debes hacer un esfuerzo por consumir menos energía. Acostúmbrate a apagar las luces siempre que no las uses, desconectar enchufes y regletas para evitar el consumo en ‘Stand By’, darte duchas más breves para usar menos el calentador, etc.
2. Consumir mejor tu electricidad
Desde 2021, con la nueva normativa sobre los tramos horarios de la luz, resulta mucho más económico consumir electricidad por la noche, en fines de semana y en festivos. Párate un segundo a pensar: ¿tienes electrodomésticos que pueden realizar sus funciones durante esas horas? Probablemente sí. Por ejemplo, el lavavajillas cuenta con retardo de inicio. Y como ese aparato, otros muchos.
3. Cambiar tu tarifa de luz
Una modificación en tus tarifas de luz quizás no suponga un ahorro energético, pero sí un ahorro económico, que a fin de cuentas es uno de los dos grandes objetivos de estos consejos, junto con la mitigación del cambio climático. En la actualidad, la comercialización de la electricidad se ha liberalizado y encontrarás empresas independientes a las grandes productoras que pueden ofrecerte precios mucho más asequibles.
4. Lavar con agua fría
Si hablamos de lavadoras y lavavajillas, debes saber que consumen mucho más cuanto mayor sea la temperatura de lavado. Por ello, puedes plantearte un lavado en frío para prendas o platos que no estén demasiado sucios.
5. Bajar la temperatura de la calefacción
Con la calefacción, sucede lo mismo: cuanto más alta sea la temperatura de los radiadores, mayor consumo energético habrá. Por ello, siempre será más eficiente mantener la casa a 21º C que a 24º C.
6. Abrir o cerrar cortinas y/o persianas
En invierno, el aprovechamiento de la luz solar es una medida empleada desde hace siglos: en España, las estancias que tienen orientación sur reciben más radiación solar y, con ello, un mayor calentamiento. Por tanto, abre bien sus persianas y cortinas con la ventana cerrada para aprovechar este factor. En cambio, en verano puedes hacer lo contrario: para limitar el uso del aire acondicionado, evita la radiación solar directa, manteniendo una luz lo más tenue posible.
7. Abrir o cerrar puertas
El calor tiende a distribuirse por toda la casa, y también entre plantas: las superiores siempre son más cálidas porque el calor circula en sentido ascendente de manera natural. Por tanto, puedes abrir o cerrar puertas para aislar una estancia según tus intereses: abre para difundir el calor por la casa o cierra para concentrar el calor o el frescor en una estancia concreta.