Hay quienes piensan (y no son pocos) que los ejercicios de fuerza, es decir, aquéllos que se realizan para aumentar nuestra fuerza muscular, sólo tienen un sentido estético dentro del universo cerrado de los fisioculturistas. Entérate aquí de toda su utilidad y valor para una vida sana.
¿Cómo de saludable es hacer ejercicios de fuerza?
Sin embargo médicamente se ha demostrado que la realización de dichos ejercicios de fuerza es una de las formas más importantes de mantenernos en forma y sobre todo, muy saludables.
Desgraciadamente, menos del 25 % de las personas mayores de 45 años realizan este tipo de ejercicio. Y es algo hasta cierto punto preocupante, ya que es evidente que la fuerza de nuestros músculos no permanece para siempre, pero también es cierto que podemos reducir en mucho su pérdida, así como la velocidad a la que esto tiene lugar.
¿Cómo conservamos la fuerza por más tiempo?
Y para esto es para lo que podemos llevar a cabo los llamados “entrenamientos de fuerza”
Porque sin este tipo de ejercicio, cuando lleguemos, si tenemos esa posibilidad, a los 70 años, nuestra fuerza muscular se habrá reducido en un 25%, y aunque esto no le parezca preocupante, todo dependerá de su actual estado físico: si ahora tiene ciertas dificultades para caminar una hora, o para subir escaleras o para levantarse de una posición de cuclillas, o para izar una caja a la parte superior de su armario, cuando llegue a esa edad, sencillamente no podrá.
Y cuando llegue a los 90 años (algo que con los modernos adelantos médicos cada vez es más posible), su fuerza, de no hacer lo necesario para remediarlo, habrá disminuido hasta el 50% Imaginemos las anteriores situaciones descritas con un 50% menos de su fuerza actual.
Más beneficios de los ejercicios de fuerza
Pero este no sería el único beneficio que nos proporcionaría realizar ejercicios de fuerza. Se ha demostrado que ayudan a incrementar el rango de los movimientos que ejecutamos, además de mejorar la capacidad de realizar todos nuestros movimientos del día a día, los llamados funcionales. Por si fuera poco, colaboran en la prevención de la osteoporosis y hechos correctamente, pueden funcionar a manera de aeróbicos y ayudarnos a perder ese peso que nos sobra, algo que viene acentuado por la tasa metabólica que produce la masa muscular: cuanto mayor sea ésta, mayor será nuestra tasa metabólica en reposo.
Pero además, los ejercicios de fuerza producen cambios a varios niveles de nuestro cuerpo: hormonales, pero también enzimáticos e incluso moleculares, que pueden no sólo desacelerar, sino también detener muchas de las consecuencias (entre ellas enfermedades) ocasionadas por nuestro modo de vida cada vez más sedentario.
Se ha demostrado que en personas de la tercera edad, este entrenamiento a base de ejercicios de fuerza invirtió el estrés oxidativo y produjo una regresión a niveles juveniles en hasta 179 genes. Es decir, logró que su reloj biológico diera marcha atrás en el tiempo hasta 10 años.
Son muchos más los beneficios que este tipo de entrenamiento producen, pero si estos te han parecido interesantes, compártelos y difunde esta información entre tus conocidos.